lunes, 9 de mayo de 2011

Pequeñas joyas

Continuamos inmersos en la redacción de nuestra guía georreferenciada sobre el entorno del río Ebro, y en la realización de las últimas salidas de campo para documentar gráficamente este trabajo. Y aunque, por cuestión de espacio, habrá ciertos elementos que tendrán que quedarse fuera de nuestra guía, no queremos renunciar a dedicarles algo de atención a través de nuestro blog.



Es el caso de los humilladeros, pequeñas construcciones a modo de capilla que se encuentran dispersas por este territorio, al borde de los caminos tradicionales (hoy en su mayoría convertidos en carreteras), esperando pacientemente para animar al viajero a realizar una pausa de recogimiento u oración. La construcción de estas estructuras responde al intenso trasiego de caminantes y peregrinos que recorrían estos valles del sur de Cantabria, donde tan destacada es la huella del arte románico. Si nos asomamos al interior de estos templos en miniatura, de la altura aproximada de una persona, solemos encontrar imágenes o tallas de interesante estilo. Llama la atención la presencia, en algunas de estas tallas, de un elemento común: la calavera con dos tibias cruzadas, señal realizada sin duda para llamar a la reflexión sobre lo efímero de la vida, que también encontramos en las portadas de entrada a algunos camposantos.



Los humilladeros de esta zona darían para una guía completa; sin embargo, de momento, no os vamos a ofrecer su ubicación exacta. Preferimos animaros a que os acerquéis a conocer este territorio y que os dejéis sorprender por el hallazgo, a la vera de un camino, de alguno de estos humildes monumentos, pequeñas perlas que, con su engarce, completarán la experiencia de vuestro viaje.



Humilladero en Villanueva de la Nía




Interior de humilladero en La Puente del Valle



Humilladero en Polientes

Humilladero en Reocín de los Molinos

Interior de humilladero en Reocín de los Molinos

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